Vivir En Un Estado de Preparación a Través de la Obediencia
- ICER Ministries
- Feb 3
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En cada generación, Dios ha llamado a su pueblo a prepararse para lo que está por venir. Ya sea Noé construyendo un arca para un diluvio nunca antes visto o los apóstoles esperando en el aposento alto una promesa que aún no podían comprender, la obediencia fue clave. El principio sigue siendo el mismo a través del tiempo: Dios honra a quienes confían en Él y se preparan con fe. La obediencia en la preparación es una lección eterno que garantiza que el pueblo de Dios esté listo para sus planes.
La Obediencia De Noé En La Preparación
Noé vivió en una época en la que la maldad consumía la tierra. Sin embargo, en medio de la corrupción, halló el favor de Dios. Recibió de Dios la orden de construir un arca. Noé no cuestionó (Génesis 6:22), no dudó ni exigió pruebas; simplemente obedeció. Esta preparación no era solo para él mismo, sino para su familia y para la preservación de la vida en la tierra. Su disposición y obediencia aseguraron la supervivencia de su familia y establecieron un nuevo pacto con Dios.
La Preparación De Los Apóstoles Para La Promesa
Jesús instruyó a sus discípulos a permanecer en Jerusalén y esperar la promesa del Padre: el bautismo del Espíritu Santo. Aunque no entendían del todo qué esperar, decidieron obedecer. Su obediencia los colocó en la posición adecuada para recibir el poder que daría origen a la Iglesia y encendería la propagación del Evangelio en todo el mundo. El aposento alto se convirtió en su arca, un lugar de espera y preparación donde su fidelidad condujo a un derramamiento que cambió la historia.
Su tiempo de preparación trajo consigo una transformación, no sólo para ellos mismos, sino para los miles de personas que escucharon el Evangelio ese día. Esto sirve como un poderoso recordatorio de que la preparación invita a los encuentros divinos. Cuando preparamos nuestros corazones mediante la oración, el ayuno y el estudio de la Palabra de Dios, nos alineamos mediante la obediencia para experimentar el movimiento del Espíritu Santo en nuestras vidas y comunidades.
La Preparación Diaria En Nuestro Tiempo
Dios sigue llamando a su pueblo a prepararse, no sólo en el ámbito natural sino también en el espiritual. Cada día que nos concede la vida es una oportunidad para estar preparados. No siempre vemos lo que nos espera, pero así como Noé y los apóstoles confiaron en la instrucción de Dios, nosotros también debemos confiar y obedecer.
La preparación en el ámbito natural puede consistir en trabajar con diligencia, administrar los recursos sabiamente y cuidar de nuestras familias. La preparación en el ámbito espiritual implica orar, estudiar la Palabra de Dios y buscar Su guía. Cuando escuchamos Su voz y andamos en obediencia, nos alineamos con Su voluntad y permanecemos listos para lo que Él nos llame a hacer.
Un Llamado A Confiar y Obedecer
Noé y los apóstoles tenían un rasgo profundamente arraigado en común: la obediencia inquebrantable a Dios, aun cuando sus mandatos parecieran inusuales, desafiantes o más allá de la comprensión humana. Su fe no dependía de evidencias visibles ni de recompensas inmediatas, sino que estaba arraigada en una confianza absoluta en la sabiduría y la fidelidad de Dios.
Por ejemplo, a Noé se le ordenó construir un arca en previsión de un diluvio, cuando no había precedentes de una catástrofe de tal magnitud. Soportó el ridículo, el aislamiento y años de trabajo, pero siguió las instrucciones de Dios sin vacilar. Su obediencia condujo a la preservación de su familia y a la continuación de la vida en la Tierra. De la misma manera, los Apóstoles fueron llamados a dejar atrás sus medios de vida, sus familias y todo lo que les era familiar para seguir a Jesús. Predicaron el evangelio frente a la persecución, el encarcelamiento e incluso la muerte, confiando en la promesa de la vida eterna y en el cumplimiento del plan divino de Dios. Su disposición a seguir los mandamientos de Cristo, sin importar el costo, sentó las bases para la Iglesia y difundió el mensaje de salvación al mundo.
Este mismo llamado a la obediencia se aplica a nosotros hoy. Dios puede dirigirnos por caminos que parecen inciertos o incluso ilógicos desde una perspectiva mundana. Sin embargo, como nos recuerda el pasaje bíblico de Números 23:19, Dios no es como el hombre: no miente ni cambia de opinión. Lo que ha prometido, lo cumplirá. Si nos llama a dar un paso de fe, podemos confiar en que nos guiará, nos sostendrá y nos bendecirá a lo largo del camino.
Jesús mismo comparó los últimos días con el tiempo de Noé, haciendo hincapié en que la gente estaría distraída por la vida cotidiana, sin darse cuenta de la inminente intervención divina (Mateo 24:37-39). Esto sirve como advertencia y un llamado a la vigilancia. ¿Estamos velando y orando? ¿Estamos construyendo nuestra “arca” espiritual a través de una relación más profunda con Dios? Ahora es el momento de permanecer firmes, caminar en rectitud y permanecer atentos a la dirección de Dios.
Siempre Listo, Sin Hacer Preguntas
La preparación es un acto de fe. Demuestra confianza en la soberanía de Dios y la voluntad de alinearse con sus planes. Así como la obediencia de Noé salvó a su familia y la obediencia de los apóstoles dio origen a la Iglesia, nuestra obediencia hoy nos posiciona para recibir las bendiciones y los propósitos de Dios.
El mundo es impredecible, pero Dios permanece constante. Nos llama a estar atentos, firmes y espiritualmente preparados. Cada momento de la vida es una oportunidad para prepararnos. Seamos un pueblo que escucha, confía y obedece, sin hacer preguntas.
Que estemos listos cuando el Señor actúe, preparados como Noé y expectantes como los discípulos en Pentecostés. ¡El momento de prepararse es ahora!
PODEMOS CONFIAR EN JESÚS.

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