La Mayor Gloria Después del Temblor
- ICER Ministries
- Mar 3
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Sacudido, Pero No Abandonado
La vida a menudo trae temporadas de sacudidas, momentos en los que todo lo que pensábamos que era estable comienza a temblar. Las relaciones, las carreras, las finanzas e incluso nuestro caminar espiritual pueden atravesar tormentas. Pero en Hageo 2:6-9, Dios nos asegura que las sacudidas no tienen como fin destruirnos; tienen como fin prepararnos para una gloria mayor. Quizás te preguntes: ¿Cómo es eso posible? Cuando Dios sacude las cosas, remueve lo que es temporal y débil para que solo permanezca lo que es eterno y fuerte. Si sientes que tu mundo ha sido sacudido, anímate, ¡Dios está haciendo lugar para algo mayor!
1. La Sacudida Es Preparación Para La Gloria
“Haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; y haré temblar a todas las naciones” (Hageo 2:6-7).
Así como Dios sacudió a las naciones en el tiempo de Hageo, Él permite que haya sacudidas en nuestras vidas para reposicionarnos para Sus propósitos. A menudo, nos aferramos a cosas que nos limitan, zonas de confort, viejas mentalidades e incluso relaciones que nos impiden caminar plenamente en la voluntad de Dios. El zarandeo es un reinicio divino. Sí, léalo de nuevo: un reinicio divino, que rompe los apegos a lo que no nos puede llevar a la gloria mayor que Él ha preparado. Pensemos en José: traicionado, esclavizado y encarcelado. Pero después del zarandeo, José fue ascendido a una posición de poder en Egipto. ¡Sus últimos días fueron mucho mejores que los primeros!
2. La Gloria De La Última Casa En Nuestras Vidas
“La gloria de este último templo será mayor que la del primero” (Hageo 2:9).
¿Qué significa esto para nosotros? Significa que no importa cuán glorioso haya sido tu pasado, Dios tiene algo aún mayor por delante. Si has experimentado pérdida, desilusión o quebrantamiento, no te detengas en lo que fue, fija tu mirada en lo que será.
Dios nunca restaura al mismo nivel, siempre aumenta. Job, después de perderlo todo, recibió el doble de lo que tenía antes. Los discípulos, después de perder a Jesús en la cruz, experimentaron la morada del Espíritu Santo, una manifestación aún mayor de la presencia de Dios que cuando Jesús caminó junto a ellos. Sea lo que sea que hayas perdido, sea lo que sea que haya sido sacudido, cree que Dios te está llevando a una nueva temporada de mayor gloria.
3. El Señor Es Nuestra Fuente
“Mía es la plata y mío es el oro”, dice el Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:8).
A veces, tememos el temblor porque no sabemos cómo nos recuperaremos. Pero Dios nos recuerda que Él es el dueño de todas las cosas. Él controla cada recurso, cada oportunidad y cada avance. Cuando Dios dice que llenará tu vida con mayor gloria, ¡Él tiene los medios para hacerlo! Tu provisión no está en manos de un empleador, una agencia gubernamental o una economía; está en manos del Señor de los ejércitos, Aquel que es dueño de toda la plata y el oro.
4. Paz Después Del Zarandeo
“Y daré paz en este lugar”, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:9).
La verdadera paz no es la ausencia de tormentas, sino la presencia de Dios en medio de ellas —Pastor Armando Olmedo. Después del zarandeo viene la paz, la que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).
Puede que ahora mismo te encuentres en medio de una tormenta, pero la paz está llegando. La paz de Dios no es solo externa; es una seguridad interna de que Él está en control. El zarandeo terminará, y cuando eso suceda, estarás en un lugar de mayor gloria, con mayor fe, mayor testimonio y mayor paz.
¡Espere Una Gloria Mayor!
El temblor no es su caída, ¡es su disposición divina! Lo que puede parecer una pérdida es una preparación para un avance mayor. La gloria de sus últimos días superará a sus días anteriores. ¡La paz, la provisión y el poder de Dios ya se están liberando sobre su vida!
Reflexione y declare:
🔹 ¿Qué áreas de su vida han sido sacudidas? Confíe en que Dios está despejando el camino para algo mayor.
🔹 ¿Dónde ha experimentado pérdidas? Declare con confianza: ¡La gloria final será mayor que la primera!
🔹 ¿Está preocupado por la provisión? Recuerde, la plata y el oro pertenecen a Dios, ¡Él es su fuente suprema!
No importa lo que haya enfrentado, ¡una gloria mayor está por venir! Aférrese a Su promesa, manténgase firme en la fe y entre con valentía en su nueva temporada de paz, poder y propósito. ¡Sus mejores días no han quedado atrás, están justo frente a usted!

Greater glory!
Amen!!