Español-Acercándonos a Dios a Través de la Oración
- ICER Ministries

- Dec 9, 2024
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Cuando queremos conectar con alguien especial en nuestras vidas, encontramos diferentes maneras de comunicarnos, ya sea para compartir un mensaje o simplemente decir: “Te quiero”. ¿Cómo nos acercamos a ellos? Tal vez descolgamos el teléfono para llamar, enviamos un mensaje de texto o nos ponemos en contacto a través de un mensaje directo en las redes sociales. Algunos prefieren enviar un correo electrónico a sus amigos, familiares o seres queridos. Y luego está el método clásico: escribir una carta. ¿Cuándo fue la última vez que escribió a alguien una carta sincera? Hoy quiero hablar de cómo podemos acercarnos más a Dios a través de la comunicación diaria con Él.
Todos hemos utilizado diversos métodos para comunicarnos con amigos o seres queridos, pero ¿son seguros? El teléfono, por ejemplo, es una de las formas más rápidas de comunicarse, pero es inútil si la persona no tiene teléfono fijo. Los teléfonos móviles permiten una comunicación rápida a través de llamadas o mensajes de texto, pero si la persona no tiene teléfono o no está cerca, este método se queda corto. La mensajería directa en las redes sociales es otra opción, pero sólo funciona si la persona tiene un perfil activo. También está escribir una carta, un método reflexivo pero más lento que requiere paciencia, ya que puede llevar tiempo obtener una respuesta. Mientras reflexionamos sobre estas diferentes formas de comunicarnos, deberíamos considerar también cómo nos conectamos con el Señor y cómo debemos perseverar en nuestra comunicación con Él a través de la oración.
En Lucas 11:1, vemos que los discípulos de Jesús le pidieron: "{Señor, enséñanos a orar". En respuesta, Jesús les dio un modelo de oración, registrado en los versículos 2-4: "Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Esta oración subraya la importancia de la comunicación con Dios, que es fundamental en nuestro camino con Cristo. Jesús nos enseña a acercarnos a Dios como a un Padre amoroso, a honrar su santidad y a orar según su voluntad. A través de la oración, alineamos nuestros corazones con los propósitos de Dios, buscamos su provisión y confiamos en su guía y protección. La oración no es sólo un ritual, sino una conexión vital con nuestro Creador.
En Lucas 11:5-8, Jesús comparte una parábola para ilustrar la persistencia en la oración. Describe a un hombre que va a medianoche a casa de su amigo para pedirle prestados tres panes porque ha llegado un invitado inesperado de un largo viaje, y no tiene nada que ofrecerle. Al principio, el amigo se niega, diciendo: "¡No me molestes! Ya estoy en la cama y mis hijos duermen". Sin embargo, debido a la persistencia del hombre, el amigo acaba por levantarse y le da lo que necesita.
La oración es algo personal y no hay una única forma correcta de hacerlo. He aquí algunas formas de conectar con Dios:
Oración hablada: Habla en voz alta como si Dios estuviera sentado a tu lado.
Oración escrita: Escribe tus pensamientos y sentimientos a Dios. Escribir puede ayudarte a concentrarte y reflexionar más profundamente.
Oración en silencio: Siéntate en silencio y deja que tu corazón hable sin palabras.
Oración bíblica: Utiliza versículos de la Biblia para guiar tus oraciones. Los Salmos, por ejemplo, están llenos de expresiones sinceras a Dios.
Construir una amistad con Dios a través de la oración diaria es un viaje que cambia la vida. A medida que hagas de la oración una parte regular de tu día, experimentarás Su presencia de una manera más profunda y personal. Encontrarás consuelo en Su fidelidad, alegría en Su amor y fortaleza en Su guía.
Así que empieza hoy: tómate un momento de silencio, abre tu corazón y simplemente di: "Hola, Dios". Él siempre está escuchando, listo para caminar a tu lado como tu amigo más fiel y cercano.
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