Construyendo Sobre La Base Correcta
- ICER Ministries
- Jan 27
- 4 min read
¿Has oído hablar alguna vez de construir un edificio antes de poner los cimientos? Suena ridículo, ¿no? Todos sabemos que, ya sea una casa o cualquier otra estructura, los cimientos siempre deben ir primero. En la vida, todos somos constructores. Ya sea que se trate de construir carreras, relaciones o crecimiento personal, los cimientos sobre los que construimos determinan la solidez y durabilidad de lo que creamos. Las palabras del apóstol Pablo en 1 Corintios 3:9-11 brindan una guía profunda para construir una vida que resista la prueba del tiempo:
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, sois edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica; porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”
Este pasaje es más que una exhortación espiritual; es un modelo para una vida con propósito. Exploremos los pasos prácticos que podemos dar para asegurarnos de que estamos construyendo nuestra vida sobre el único fundamento que realmente importa: Jesucristo.
1. Reconoce Tu Papel Como Constructor
La declaración de Pablo de que somos “colaboradores de Dios” nos recuerda nuestro papel activo en el plan de Dios. La vida no es un viaje pasivo, es una colaboración dinámica con Dios. Acepta tu llamado a contribuir, crear y crecer, sabiendo que tu trabajo tiene un significado eterno cuando está arraigado en el propósito de Dios.
Paso de acción: Tómese el tiempo para identificar las áreas de su vida en las que está creciendo. ¿Está invirtiendo en relaciones, cultivando talentos o sirviendo a los demás? Evalúe si sus esfuerzos se alinean con la visión de Dios.
2. Construya Sobre la Base Correcta
Pablo enfatiza que “nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Una vida basada en la riqueza, la fama o los logros personales puede parecer impresionante, pero carece de la estabilidad necesaria para soportar las tormentas de la vida. Solo un fundamento arraigado en Cristo proporciona fortaleza eterna.
Paso de acción: Fortalezca sus cimientos sumergiéndose en las Escrituras, la oración y la comunión con otros creyentes. Deje que las enseñanzas de Cristo guíen sus decisiones y prioridades.
3. Ten Cuidado Con Lo Que Construyes
Pablo advierte que hay que “tener cuidado de cómo se edifica”. Esto exige intencionalidad y excelencia en todos los aspectos de la vida. Los materiales que utilizamos, nuestros valores, acciones y actitudes determinan la calidad de lo que construimos.
Paso de acción: Evalúa los “materiales” que estás usando. ¿Estás construyendo con amor, integridad y humildad? ¿O estás confiando en atajos y medidas superficiales? Haz ajustes para asegurarte de que tu trabajo refleje la gloria de Dios.
4. Apóyate En La Gracia De Dios
El reconocimiento por parte de Pablo de que su papel como "arquitecto sabio" es posible "según la gracia de Dios" resalta la verdad fundamental de que el esfuerzo humano por sí solo es insuficiente sin el poder divino. Esta declaración refleja la humildad de Pablo y su dependencia de Dios, reconociendo que sus habilidades, sabiduría y logros en la construcción de la Iglesia no son suyos, sino que son concedidos mediante el favor inmerecido de Dios.
Sirve como recordatorio de que, por muy bien intencionados o diligentes que sean nuestros esfuerzos, no serán suficientes si no están impulsados y guiados por la gracia de Dios. Esta gracia es la fuente de la verdadera eficacia, que nos permite cumplir con nuestro llamado y lograr lo que de otro modo sería imposible. Las palabras de Pablo también enfatizan que todo éxito, ya sea en el ministerio, el crecimiento personal o cualquier esfuerzo, es en última instancia un testimonio de la provisión y la fidelidad de Dios.
Mientras nos esforzamos por construir, dirigir o crear, este principio nos llama a permanecer dependientes de Dios, ofreciendo lo mejor de nosotros y reconociendo que es Él quien nos fortalece, nos sostiene y nos da fruto. Por lo tanto, nuestro enfoque debe estar menos en la autosuficiencia y más en ser vasos a través de los cuales pueda fluir Su gracia, asegurando que toda la gloria y el crédito sean para Él.
Paso de acción: desarrolle el hábito de la gratitud. Reconozca la gracia de Dios en sus logros y confíe en que Él le dará lo que necesita para enfrentar los desafíos que se avecinan.
5. Deje Un Legado Que Perdure
El objetivo es crear algo duradero. Edificar nuestra vida sobre el fundamento de Cristo garantiza que el impacto de nuestra obra perdure por la eternidad.
Paso de acción: Sea mentor de alguien, comparta su fe o contribuya a causas que estén alineadas con el reino de Dios. Deje que su vida inspire a otros a construir sobre el fundamento de Jesucristo.
Construir con Propósito Eterno
Las tormentas de la vida pondrán a prueba la fortaleza de lo que construimos. Pero cuando Jesús es nuestro fundamento, podemos permanecer firmes, sabiendo que nuestro trabajo no es en vano. Mientras emprendes tu camino, recuerda que no estás construyendo solo. La gracia de Dios te da poder, Su Palabra te guía y Su Espíritu te fortalece.
Anímate con esta verdad: eres colaborador de Dios, Su campo y Su edificio. Construye con cuidado, con fe y para Su gloria. El fundamento ya está puesto; ahora, deja que tu vida sea una obra maestra que honre al Maestro Constructor.
Fuentes
Servicio de la Escuela Dominical “ La visión de Dios para la Iglesia ”

Comments